"Un niño desnutrido tiene poca capacidad para desenvolverse y relacionarse con su entorno", afirma la pediatra Tania Sampayo
El hambre y la desnutrición infantil en Argentina son el centro de discusión pero no de políticas públicas del gobierno de Javier Milei. La médica pediatra Tania Sampayo, quien trabaja tanto en el Hospital Pediátrico Avelino Castelán, de Resistencia destacó en la cabeza y el sombrero de Radio Independencia 106.9, las graves consecuencias que estas condiciones tienen sobre el desarrollo infantil y las perspectivas a largo plazo de los niños afectados.
"El impacto que puede generar el hambre, o en realidad, la incapacidad de generar los nutrientes adecuados en un niño o una niña, va a depender mucho de su etapa vital y del tipo de carencia, qué tan profunda es y cuánto se sostiene a lo largo del tiempo", explicó.
Desnutrición: consecuencias físicas y cognitivas
Según la pediatra, la desnutrición durante el embarazo ya tiene un efecto negativo significativo. "Generalmente, nosotros, en Argentina, tenemos muchos embarazos donde la madre ya viene con una desnutrición previa y eso tiene un impacto negativo en el crecimiento y desarrollo de ese niño o esa niña dentro del vientre materno", detalló. Este déficit inicial puede resultar en complicaciones desde el nacimiento y afectar el crecimiento y desarrollo cognitivo del niño.
La desnutrición crónica no solo impacta el peso del niño, sino que también "afecta la capacidad de crecimiento y desarrollo", lo que se traduce en menores capacidades cognitivas y problemas en la trayectoria escolar y la inserción laboral futura. "Un niño desnutrido es un niño que no explora, un niño que tiene un humor muy irritable, un niño que tiene poca capacidad para desenvolverse y relacionarse con su entorno", agregó.
Base nutricional adecuada: un desafío en contextos de pobreza
Una alimentación adecuada es fundamental para el desarrollo infantil, y según Sampayo, esto incluye "las cuatro comidas diarias, proteína diariamente, y lácteos". Sin embargo, en muchos hogares argentinos, las dificultades económicas obligan a las familias a depender de alimentos más baratos y menos nutritivos como arroz, polenta y fideos, lo que agrava la desnutrición.
"Nosotros vemos, a medida que se va perdiendo el poder adquisitivo de una familia, que aumentan lo que es más barato", señaló. Esta falta de acceso a proteínas y verduras frescas empeora la situación nutricional de los niños.
Programas de asistencia alimentaria: desafíos y percepciones
Los programas de asistencia alimentaria enfrentan numerosos desafíos logísticos. Sampayo mencionó que "hay millones de toneladas de leche que no se logra repartir antes de que se venza", lo que subraya la necesidad de una mejor planificación y ejecución.
En términos de percepción, observó que "está costando más a las familias comprar leche común", lo que refleja un deterioro en las condiciones económicas de los hogares. Además, la pediatra nota un aumento en la mendicidad y la venta informal de alimentos, lo que sugiere un empeoramiento de la situación económica.
Evidencias históricas y necesidad de protección social
Los datos históricos muestran que las crisis económicas anteriores han tenido un impacto severo en la salud infantil. La profesional recordó que durante la crisis de 2001, "la mortalidad infantil era del 16.6%". Esta tendencia preocupante se observa también en contextos internacionales, como la crisis europea de 2008.
"La crisis actual requiere una mayor protección social y un aumento en el gasto en salud", afirmó y destacó la necesidad de medidas gubernamentales para mitigar los efectos negativos en la población vulnerable.
La pediatra se refirió a un incremento visible en la cantidad de personas, incluyendo niños, que recurren a la mendicidad o a la venta informal de alimentos. "Hay mucha más gente vendiendo cosas en la calle y muchos más niños en situación de calle", comentó.
la cabeza y el sombrero - sábados de 8 a 10 - Radio Independencia 106.9
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